El mejor sitio para comprar un coche de segunda mano.

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Dice el periódico El País que en España se venden 3 coches usados por cada uno nuevo. Mientras las grandes empresas de automoción se quejan de que no se venden coches en España, lo cierto es que el mercado de coches de segunda mano goza de buena salud.

La razón parece evidente. Son coches mucho más baratos. Sin embargo, es una operación que entraña sus riesgos. Puede ser que después de comprarte un automóvil económico te gastes más en el mecánico de lo que te costó su compra. A lo mejor, al principio te empieza a funcionar bien, pero después entras en un calvario en el que tienes que visitar talleres, una y otra vez.

Mi amigo Raúl, de Zaragoza, que ha tenido varios coches de segunda mano a lo largo de su vida, siempre me ha recomendado que, en el caso de que me decida a comprar uno, acuda a un concesionario o a un taller que tenga servicio de compra-venta de vehículos usados. Siempre te lo dejarán en buenas condiciones técnicas para que funcione. Me comenta que algunos de estos concesionarios que llevan trabajando toda la vida, ahora han dado el salto a internet y tienen su propia página web, como S.M. Motor, ubicado en el polígono La Casaza, a la entrada de Utebo. De esta forma puedes otear los coches que tienen disponibles, sin necesidad de desplazarte a la tienda.

Todo indica que el mejor lugar para comprar un coche usado es un concesionario, pero veamos por qué.

Razones para comprar un coche de segunda mano en un concesionario.

Cuando hablamos de concesionario en este artículo, no nos referimos a un concesionario oficial de una marca determinada, sino a una empresa que se dedica a la compra-venta de coches de segunda mano y de ocasión. La revista de coches Autofácil nos expone una serie de razones para acudir a estos establecimientos.

  1. Dispones de garantía. Debes saber que un particular no está obligado a ofrecerte ninguna garantía, mientras que una empresa, como sucede con cualquier otro producto, debe presentarte una garantía de al menos un año. Esto significa, que si después de comprar el coche aprecias que tiene un defecto que no descubriste en su momento, el concesionario está obligado a repararlo, corriendo él con los gastos.
  2. Vehículos revisados. El concesionario, antes de poner el coche a la venta, lo ha sometido a una revisión mecánica para asegurar su puesta a punto. Algunas de las tiendas de coches de segunda manos son talleres mecánicos, por lo que uno de los mayores riesgos que entrañan estas compras, que es que el coche te dé problemas de funcionamiento, está resuelto a un nivel bastante alto.
  3. Realizan los trámites administrativos. La tienda donde has comprado el coche se encargará de efectuar todas las gestiones en tráfico, para cuando salgas con el vehículo, esté a tu nombre. De esta forma te ahorras tener que realizar una serie de trámites que llevan tiempo y no dejan de ser, en cierto modo, engorrosos.
  4. Responsabilidad civil subsidiaria. Los concesionarios antes de vender un coche de segunda mano lo ponen a su nombre. Esto significa que en el momento en que haya que hacer alguna reclamación, esta recae sobre el propietario anterior, es decir, el concesionario. No tiene por qué pasar nada, pero esto es una garantía de seguridad. La tienda se preocupará de que el coche esté libre de cargas para no verse inmersa en reclamaciones.
  5. Se evitan los fraudes. Por desgracia, la compra de coches usados está salpicado de fraudes. Empresas que se hacen pasar por particulares para evitar la garantía. Coches estropeados a los que se les ha hecho un lavado de imagen para colocarlos en el mercado, manipulación del cuentakilómetros para que parezca un coche menos gastado. Estas son prácticas que no se dan en tiendas oficiales que se dedican a la venta de estos vehículos.

Problemas de comprar coches a particulares.

Podemos tener la tentación de comprar el coche a un particular porque nos ofrece una ganga. Ojo, debemos ser precavidos en ello. En primer lugar, el particular no está obligado a ofrecernos garantías. Solo debe asegurarse de que la operación no tiene vicios ocultos. Que el vehículo está libre de cargas económicas y que no tiene ningún desperfecto que no conozcamos.

Si percibes que el coche presenta un problema que no estaba contemplado en el momento de la compra, tienes un plazo de 6 meses para interponer una demanda civil. Para ello debes presentar un informe pericial que acredite que el desperfecto ya existía antes de que adquirieras el vehículo y que no se ha producido por el uso que le has dado. Esto implica un gasto adicional que deberás abonar tú.

En el caso de que ganes el juicio, el anterior propietario tiene la opción de pagar la reparación de la avería, o devolverte el dinero a cambio de que tú le entregues el coche.

Algunas de las operaciones de compra-venta entre particulares se realizan, en gran parte, mediante un trato verbal. Esto es un problema a la hora de reclamar cualquier asunto, puesto que todo se reduce a enfrentar tu palabra contra la suya. Si no hay antecedentes de fraude, es un juicio difícil de ganar.

Por otro lado, está todo el papeleo que hay que hacer ante la D.G.T. para cambiar el vehículo de titular. Gestión que deberás efectuar tú y para la que necesitas un documento que acredite que se ha efectuado la compra.

Precauciones.

La Organización de Consumidores y Usuarios (O.C.U.) recomienda que antes de comprar un vehículo usado dejemos que le eche un vistazo un profesional de confianza. Puede ser que el coche tenga defectos que no conoce ni el propio vendedor.

Si lo hemos comprado en un concesionario tenemos derecho a exigir el informe de la revisión del mecánico. Podemos llevárselo a nuestro mecánico de confianza para que vea que todo esté bien. Es probable que nos pida hacer él una comprobación.

Comprueba que todo esté legal. Debes exigir el libro de mantenimiento del vehículo. En el que aparecen reflejadas las revisiones y reparaciones que se han realizado. Así como la cantidad real de kilómetros que el coche ha hecho. Si el propietario dice que ha perdido el libro, pídele que te enseñe las facturas del taller.

Los documentos oficiales del coche son un buen comprobante para asegurar que todo está en regla. Con el permiso de circulación deberás verificar que los datos del titular son los mismos que los del propietario. Si quien te lo vende actúa como intermediario, tendrá que presentarte una autorización firmada por el verdadero dueño del vehículo. Con la Tarjeta de Inspección Técnica comprobarás la antigüedad real del coche, sus características técnica y si está pendiente de pasar la I.T.V.

Puedes solicitar a la D.G.T. el informe de titularidad. El cual te indica si el coche tiene multas pendientes, si está embargado o si ha pertenecido a alguna flota de alquiler.

Negocia un precio justo. La Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos de Motor, Reparación y Recambios (Ganvam) publica cada año una guía de precios para coches de segunda mano clasificados por marcas, modelos y año de fabricación. Esta guía te puede servir de orientación para saber si el precio que te proponen es justo o no.

Si ves algunos desperfectos, por pequeños que sean, negocia una reducción del precio. Ten en cuenta que vas a ser tú quien lo vas a tener que solucionar.

Sin duda alguna, el lugar más adecuado para comprar un coche de segunda mano es un establecimiento comercial especializado, si bien debes revisar con detenimiento todo lo referente al coche y a la venta, ya que estás adquiriendo un producto usado.     

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