Consecuencias de un accidente de tráfico: más allá del golpe…

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Por desgracia, tener un accidente de tráfico se ha convertido en algo tan normal en esta vida que es raro que alguien que cuente con una edad media no haya sufrido ninguno o que no conozca a nadie que lo haya sufrido. Desde luego, estamos hablando de un asunto de lo más peliagudo si tenemos en cuenta que esto puede derivar en incapacidades de por vida o, incluso, con la misma muerte de aquellas personas implicadas en el asunto. Es necesario que tengamos en cuenta estos aspectos y que se siga apostando, desde las instituciones públicas, por reducir la accidentalidad y la mortalidad en nuestras carreteras.

Si echamos un vistazo a los números que proporciona el portal web Statista acerca de la mortalidad en las carreteras españolas, podemos ver cómo se ha reducido esa cifra en los últimos años. En el año 2006, ese número fue superior a las 4.000 muertes. En 2019, 13 años más tarde, fueron 1.724 las muertes. Como veis, se trata de una reducción importante y que debemos tener en cuenta a la hora de valorar los esfuerzos que se han hecho para intentar lograr avances en lo que respecta a la seguridad vial.

Podríamos tomar en consideración la cifra que nos ha dejado el año 2020, que según el diario El Economista era de 870 muertes, pero lo cierto es que se trata de un dato que está tergiversado por el hecho de que la pandemia nos obligó a confinarnos durante más de tres meses. El número de desplazamientos ha sido menor y, desde luego, eso ha condicionado todo lo que tiene que ver con los diferentes registros a través de los cuales se determina si nuestra seguridad vial es mejor o peor que en años precedentes.

Teniendo en cuenta la gran cantidad de accidentes de tráfico que se registran en España cada año, es normal que uno de los servicios y reclamaciones que sean más habituales tenga como actores principales a las compañías de seguros. Nos lo han confirmado desde Peñalva Abogados, quienes aseguran que todo lo que respecta a las reclamaciones al seguro tras accidentes de tráfico constituyen, a día de hoy, su principal actividad. Y es que sufrir algún percance con el coche ya se ha convertido en algo tristemente habitual en el interior de nuestras fronteras.

Una gestión que no le apetece a nadie

Seamos sinceros: a nadie le hace gracia el hecho de tener que pelearse con las aseguradoras después de haber sufrido un accidente de coche. Precisamente por eso hay abogados especializados en este asunto. En España ya tenemos un sistema burocrático demasiado intenso y cualquier ayuda es buena para tratar de disminuir los efectos del mismo. Es evidente que hay que intentar no quemarnos con este tipo de trámites porque, de lo contrario, nos podemos amargar y mucho la existencia. Y ya tenemos suficiente con nuestro día a día como para seguir poniéndole trabas a nuestra felicidad.

A día de hoy, gestionar todo lo que respecta a un seguro (y más en caso de que haya un accidente de tráfico) puede llegar a ser una verdadera pesadilla. Y no es plato de buen gusto que, después de haber sufrido un percance de estas dimensiones, tengamos que estar peleando con nuestra compañía recordando una y otra vez el momento en el que nos dimos el golpe. No es bueno para nuestro estado anímico ni para la confianza en nosotros y nosotras mismas. Por eso, en lo que respecta a este asunto, hay cada vez más gente interesada en delegar el tema en su abogado o abogada de confianza.

Está comprobado que, cuanto más «huyamos» de este tipo de situaciones, mejor para nuestra rutina y para nuestra paz mental. Las gestiones con las aseguradoras no suelen ser fáciles, por lo que un abogado o abogada especialista en estos asuntos siempre puede ser de utilidad. Y tendrá más experiencia a la hora de defender nuestros intereses que si lo hacemos por nuestra cuenta. Desde luego, no cabe la menor duda de que un trámite como este hay que tratar de sentenciarlo de la manera más rápida posible, sin que nos afecte lo más mínimo al desarrollo de nuestra rutina y teniendo siempre presente cuál es nuestro objetivo.

Ojalá todo lo que hemos comentado no fuera real debido a que no existieran accidentes de tráfico. La verdad es que sería la mejor situación posible… pero también es utópica, incluso en aquellos automóviles que son automáticos y que funcionan sin conductor. Ojalá algún día podamos decir que hemos encontrado la fórmula perfecta para evitar los accidentes de tráfico. Pero, hasta que ese momento llegue (si es que llega), conformémonos con que el golpe no haya sido nada… y con que el trámite tampoco.

 

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