Un accidente laboral ocurre al trabajador durante la jornada de trabajo. En España la ley establece que es necesario que haya una lesión corporal (que puede ser física o psíquica), que el trabajador esté contratado por terceros o si es autónomo esté dado de alta en la Seguridad Social que haya solicitado este servicio y pague las cuotas. Además, también es obligatorio que el accidente se haya producido con ocasión o por consecuencia del trabajo.
En España, la legislación es bastante amplia. Por ejemplo, a diferencia de otros países en España también se consideran accidentes laborales, denominados accidentes in itinere, los que se producen cuando se va o se vuelve al trabajo. Los infartos de miocardio, las trombosis, las hemorragias cerebrales o enfermedades similares cuando se producen a causa o consecuencia del trabajo, también son consideradas accidentes laborales.
Cuando se tiene un accidente laboral los trabajadores afectados tienen derecho a asistencia sanitaria hasta su recuperación, prestación por incapacidad laboral (baja), indemnizaciones, e incluso recibir la incapacidad permanente si el accidente ha ocasionado graves secuelas al individuo, con ella reciben prestaciones cuando ya no pueden recibir un salario ya que no pueden trabajar por motivos de salud.
Tras un accidente laboral, las empresas deben indemnizar a la persona afectada, aunque mayoritariamente lo hacen las empresas aseguradoras. La mayoría de estas mutuas de seguros tienen un manual de actuación en caso de accidente de trabajo, que incluye también el parte sobre los hechos que han ocasionado el accidente, así como posibles rangos para indemnizaciones.
Los daños reclamables en un posible caso de un accidente laboral son daños corporales (lesiones físicas o psíquicas), daños patrimoniales (daños emergentes y lucro cesante), daño moral (consecuencias negativas en la vida personal del trabajador).
Si has tenido un accidente laboral y ha sido considerado como ‘no laboral’, puedes hacer una reclamación para que haya una investigación del mismo y poder cambiar de categoría. Normalmente esta distinción la suele hacer el médico de familia.
Reduce las secuelas de un accidente laboral
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